Bilbo/Meatzaldea, 4 de noviembre
2016
La asociaciones abajo firmantes
acoge con optimismo la decisión del Departamento de medio Ambiente del Gobierno
Vasco de sancionar a Petronor, pues se trata de la primera vez que lo hace,
habida cuenta de los numerosos incidentes que atesora la petrolera de Muskiz y
Abanto. Sin embargo, entendemos que ésta es más una excepción dentro de la
norma de contubernio entre este Departamento y la subsidiaria de Repsol, caracterizada
por fugas continuas así como por constantes emisiones nocivas para la salud
obviadas o minimizadas por el gobierno vasco, como casualmente también lo han
sido ahora.
La multa estipulada es de 20.001
euros, aunque también podía haber sido de 200.000 euros o incluso suponer el
cierre temporal. Corresponde a una fuga ocurrida el 21 de junio de 2014 que cubrió el barrio de
San Julián de Muskiz de ceniza negra (coches, jardines, huertas, parques). En
ella se culpabiliza a la empresa de no informar inmediatamente de la fuga. Sin
embargo, que esa celeridad suponga una falta es interesante, pues el propio
Gobierno Vasco falla contra la empresa casi año y medio después.
Las organizaciones firmantes
tienen constancia que en las distintas fugas de la refinería de Petronor la
empresa informado con servicios de emergencia sólo después de que los vecinos
den la alerta al observar las propias fugas o sentir sus olores y efectos.
Decir también que todos los vertidos ocurridos desde el 21-6-2014 (sobre el que
ahora se ha producido esta Resolución) hasta la fecha, se han producido de
madrugada (a excepción del ocurrido el 2 de julio de 2014). Así fue también
este caso en concreto. También, que una vez alertada la empresa siempre
intentan negar los hechos. De la misma forma, los vecinos han denunciado en
numerosas ocasiones que los sistemas de detección de fugas no funcionan, no
siendo comunicados los accidentes a las unidades de emergencia.
Mientras, la sanción excluye que
la fuga en sí supusiera un peligro tanto para las personas como para el medio
ambiente. Pero no se facilitan datos del contenido, exceptuando los genéricos
"polvo de catalizador de coque", sin facilitar su composición química
y como si tras esta denominación no se incluyeran elementos químicos nocivos.
En el caso del "polvo de coque", sólo se precisa que no lo fue en una
"concentración elevada". Esta información no es muy consoladora,
porque el coque procede de los residuos del refino del petróleo (de conocida
composición de benceno y tolueno) (aspecto que la propia Petronor asumió e sus
derrames del 2014). Las muestras analizadas identificaron metales pesados e
hidrocarburos aromáticos policíclicos clasificados algunos de ellos como
carcinógenos, otros como posibles carcinógenos y otros como patógenos que
causan enfermedades distintas de cáncer[1].
PERO ninguno INÓCUO.
Entendemos que la argumentación
de la consejera se sostiene por no haber casos de hospitalizaciones, pero
entendemos que como todo el efecto de la planta en la población, se trata más
de efectos por acumulación tras una exposición constante. La propia Declaración
de Impacto Ambiental otorgada por el Gobierno Vasco a la la planta de coque ya
aducía que las emisiones previstas "no contribuyen significativamente a la
contaminación del entorno".
El proyecto inicial de la planta
de coque también carecía de documentación correspondiente a sus posibles
riesgos, como fichas toxicológicas de los productos contaminantes, o informes
de evaluación de impacto en la salud de las poblaciones aledañas. En todo esto
hay que tener en cuenta que la refinería se encuentra incrustada en pleno casco
urbano sin guardar las distancias de seguridad requeridas hoy en día. La planta
cuenta desde 2014 con un Plan de Emergencia Exterior (PEE) ante el grave riesgo
que puede suponer un accidente en una planta de sus características (depósitos
y tratamientos de hidrocarburos altamente inflamables). Sin embargo, pese a los
reiterados accidentes (fugas, derrames, fuegos) acontecidos, las sirenas de
Petronor nunca han sonado ni con incendios, ni con vertidos, ni con explosiones
y nunca han sancionado a la empresa por no hacerlo (la actual sanción es sólo
por avisar tarde de un incidente). En estos casos denunciados, tampoco
nos consta cuales son los problemas tras esos accidentes ni qué se propone la
empresa para impedirlos.
No sólo esta fuga sancionada en
cuestión no fue identificada como nociva, sino que el pasado 30 de septiembre
de 2015 la consejera de medio ambiente Ana Oregi también rechazaba el sancionar
a Petronor por nueve vertidos distintos (sin contar las numerosas fugas)
acontecidas desde el 5 de junio a día de hoy..
El hecho de que la mayoría de los
derrames estén asociados con la planta de coque y que ésta sea responsable de
un incremento de emisiones contaminantes, así como el beneplácito y pasividad
de las instituciones, confirma los temores que tanto nuestras organizaciones
como la comunidad de Meatzaldea tenían para oponerse a semejante proyecto. Una
vez más reclamamos seriedad, compromiso y que las instituciones velen por la
seguridad de la ciudadanía a la que representan y el medio ambiente, en lugar
de los intereses de las grandes compañías como Petronor (Repsol).
También exigimos que las
autoridades cambien de políticas y que opten por otro modelo energético no
basado en los combustibles fósiles, como en este caso el petróleo, ya que los
impactos como también es el caso, tanto en lugar de extracción, como de refino
y consumo, son cada vez mayores, así como más graves e irreversibles los
efectos medioambientales que el actual modelo energético provoca, con el grave
problema del cambio climático a la cabeza.
Kima Berdea
Turruntero
Meatzaldea Bizirik - Coordinadora
anti-Coke
Ekologistak Martxan
Gure Energia Gara (Plataforma
por un Nuevo Modelo Energético)
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